Si nos preguntamos cual es el origen de la Atención Temprana en España, tendríamos que ubicarlo en los primeros programas que se desarrollaron de Estimulación Precoz en la década de los 70.

Estos programas comienzan a surgir por la importancia que se les daba a los primeros años de vida del recién nacido y por la trascendencia que esa intervención temprana podía tener en el desarrollo del niño en años posteriores.
Serán médicos, psicólogos y pedagogos que trabajan en el ámbito de la deficiencia mental quienes impulsen estos programas en nuestro país, con la finalidad de asistir, rehabilitar y compensar a niños con dificultades en sus primeros años de vida. Una vez que llegamos al año 1981, se crean los Servicios de Estimulación Precoz, amparados en el marco normativo de la LISMI (Ley 13/1982 de Integración Social del Minusválido), y se generalice este servicio a todas las provincias de España.

Entre los organismos que favorecerán la inserción de la Estimulación Precoz, será el INSERSO (Instituto de Servicios Sociales) quién subvencionará programas de iniciativa social con carácter rehabilitador.
El Real Patronato de Discapacidad (adscrito al Ministerio de Sanidad y Política Social) creará, durante esta década, unidades de desarrollo madurativo en algunos hospitales adscritos a los Servicios de Pediatría, para finalmente derivar las competencias en Atención Temprana a las Comunidades Autónomas.
Una vez que llegamos al año 2000, con la publicación del “Libro Blanco de la Atención Temprana”, se unificarán todos los criterios relacionados con la Atención Temprana.
Nota
: Si pinchas sobre las palabras en negrita de «Libro Blanco de la Atención Temprana», puedes descárgartelo directamente.