La práctica regular de actividades físicas está asociada con múltiples beneficios para la salud en niños y adolescentes a todos los niveles (físicos, psicológicos y sociales), y es fundamental para un adecuado crecimiento y desarrollo en la infancia.
Conseguir este crecimiento y desarrollo personal óptimo y una mejor calidad de vida son premisas que la sociedad actual considera importantes y necesarias, y nadie pone en duda el valor y la transcendencia que tienen las actividades físicas realizadas de manera regular.
Por tanto, llevar a cabo cualquier actividad física lleva consigo indudables beneficios, como son:
- Disminuye el desarrollo de factores de riesgo asociados a enfermedades crónicas en la vida adulta, como las relacionadas con el corazón, hipertensión, diabetes tipo 2, hipercolesterolemia (colesterol elevado), obesidad u osteoporosis, ya que muchos de estos factores pueden desarrollarse en las primeras etapas de la vida.
- Óptimo desarrollo psicomotor del niño, produciendo una mejora y un aumento de sus posibilidades motoras, fuerza, coordinación, …
- Mejora la condición física, la función cardiorrespiratoria, la fuerza muscular y la masa ósea.
- Disminuye la grasa corporal y ayuda a mantener un peso saludable.
- Mejora la salud mental y la autoestima, reduce los síntomas de ansiedad y depresión y disminuye el estrés.
- Es divertido y es un elemento socio-integrador, ya que ayuda a superar la timidez y ayuda a tener más confianza en sí mismo y a concentrarse, hecho que repercutirá de manera positiva en su rendimiento escolar.
- Expresarse a través del movimiento y la expresión corporal, huyendo de actividades estandarizadas y exclusivamente deportivas, lo que les permitirá conocer otras maneras de divertirse y relacionarse aumentando su bagaje motor.
- Disfrute con el ejercicio físico no competitivo y reconocimiento de éste como una actividad de ocio. La actividad física ha de tener un carácter abierto, sin limitaciones por niveles de habilidad u otros criterios de discriminación
- Conservación y mejora de la salud. No hay que olvidar las estadísticas que apuntan a porcentajes significativos y preocupantes entorno al sobrepeso y la obesidad infantil, debido al sedentarismo y la mala alimentación, con las consiguientes repercusiones no sólo físicas sino psíquicas y sociales.
- Conocimiento y valoración de su cuerpo. Cada alumno alcanzará el nivel que sus posibilidades le permitan sin forzarse a conseguir retos imposibles. Es interesante incidir en la importancia de la propia aceptación, de sentirse bien con el propio cuerpo y de mejorarlo y utilizarlo eficazmente.
- Conocimiento de sí mismo. El movimiento es uno de los instrumentos cognitivos de la persona tanto para conocerse a sí mismo como para explorar y comprender el entorno más cercano.
- Evitar discriminaciones. Seleccionar actividades que ayuden a evitar discriminaciones por razón de sexo, en contra de los estereotipos sociales aún vigentes hoy en nuestra sociedad que califica que existen actividades para niños y actividades para niñas.
- Trabajo Cooperativo. Con la actividad física el niño aprenderá no solo a cooperar sino también a asumir responsabilidades individuales dentro del grupo, lo que facilitará el respeto hacia el otro y la necesidad de unir fuerzas para la consecución de un objetivo común.

Para conseguir estos beneficios en escolares, la actividad física que se practique debe ajustarse a unos parámetros mínimos de intensidad, duración y frecuencia que a día de hoy están ampliamente aceptados por la comunidad científica.