Una forma diferente, divertida y beneficiosa de que los niños puedan canalizar esas grandes dosis de energía que emanan sin descanso es practicando el bello y completo deporte de la escalada, una actividad que, al contrario de lo que muchos creen, no es una actividad exclusiva para adultos.
La escalada en niños combina diversión y actividad física, realizándose tanto en interiores como en contacto directo con la naturaleza, a la que se aprende a retar con control y, sobre todo, a respetar.
¿Cómo iniciar a los niños en la escalada?
Una buena opción es empezar en un rocódromo, salas interiores que podemos encontrar en cualquier ciudad, preparadas con todo lo necesario para aprender a escalar, sin tener que desplazarnos ni preocuparnos por el mal tiempo.
La gran ventaja de estos centros es que permiten a los niños aprender las técnicas de escalada con un absoluto control de la situación, por lo que si vamos con niños pequeños siempre los vamos a tener a nuestro lado, sin perderlos de vista y con las mejores condiciones de seguridad.
Lo mejor es practicarlo en grupo, especialmente en familia y con otros niños, ya que así el niño principiante se fija en los que ya tienen experiencia y, de esta forma, aprenden los unos de los otros, contagiándose sinergias positivas y animándose a conseguir juntos nuevos retos.
El salto al medio natural
Una vez hayan aprendido las nociones básicas, el siguiente paso lógico es salir a escalar en la montaña, que es aún más divertido y nos permite conectar con la naturaleza.
Una salida de este tipo supone una planificación mayor: elegir la zona adecuada a nuestro nivel y llevar la ropa y el material necesario, además de algo de comida y un botiquín.
Por supuesto, una actividad como la escalada implica un cierto riesgo si no se tiene la suficiente experiencia o no se cuenta con el material adecuado. De ahí que sea una actividad que se deba de llevar a cabo con monitores y guías especializados, salvo que alguien del grupo cuente con la suficiente experiencia y conocimientos técnicos y disponga del material necesario.
A algunos niños les cuesta “arrancar” en el tema de la escalada, tienen miedo o, simplemente, es una actividad que no les atrae. En estos casos, lo mejor es no forzarlos, y dejarles que jueguen con las cuerdas, casco, arneses etc…
Una estrategia que casi nunca falla es practicar la actividad con otros niños de edades parecidas que ya tengan una cierta experiencia. Los niños actúan mucho por mimetismo y les encanta probar lo que hacen los demás. Seguro que en cuanto vean cómo sus amigos se suben a una pared de rocas, no querrán perderse el festín y se animarán a probarlo y, si tenemos paciencia y no se sienten presionados, a casi todos los niños les acaba encantando.
Principales beneficios de la escalada para niños
La escalada es un deporte que aporta muchas ventajas en diferentes planos: físico, psicológico y social, puesto que, al mismo tiempo que sirve para desarrollar músculos, articulaciones y destrezas físicas (coordinación, fuerza en brazos y piernas, sentido del equilibrio…), también sirve para mejorar la autoestima y enfrentarse a retos.
Pero quizás lo más importante es que, al practicarse en grupo y precisar de la ayuda de unos a otros, es una gran oportunidad para socializar y aprender a trabajar en equipo.
Estos son algunos de sus principales beneficios:
- Desarrolla la psicomotricidad del niño.
- Mejora la agilidad y el equilibrio.
- Desarrolla la flexibilidad, la fuerza muscular en brazos y piernas y la resistencia.
- Mejora la confianza y la autoestima.
- Ayuda a superar retos.
- Promueve el trabajo en grupo y la confianza entre compañeros
- Favorece el conocimiento y respeto por la naturaleza y el medio ambiente.
- Permite combatir el nerviosismo y canalizar mejor la energía.
